EL ARTE DEL VIRREINATO EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO PERUANO
- 4 abr 2022
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Myriam Leiva

CHARLA CREACIONES CONTEMPORÁNEAS EN EL SUR ANDINO
Teniendo como punto de partida el gran legado artístico de la época del virreinato en el Perú, el arte contemporáneo tomará como contexto para la producción de proyectos pictóricos. Algunos artistas basaron sus propuestas estableciendo una relación desde tres puntos de vista, la Historia-estudio formal-la materialidad de la obra.
Una obra de arte tiene historia porque pertenece a determinado tiempo y espacio, dentro de un contexto social y de una época en particular. Están constituidas de formas, colores, volúmenes, manejo técnico, etc. que se definen y diferencian por su estilo. En todos los tiempos el arte ha necesitado materializarse, está constituido por algún material o materiales como papel, madera, lienzo, piedra, metal, pigmentos, aglutinantes, barnices, etc., que permiten su existencia y que amerita ser preservada. Si nos remontamos al arte del virreinato, en el Perú debemos de señalar algunas características como el arte de temática religiosa, donde la iconografía permitió trasmitir mensajes durante el proceso de la evangelización, al introducirse una nueva religión también se introducen estilos pictóricos propios de la época como el Barroco, principalmente las influencias: española, italiana y de los Países Bajos, que dio lugar a la formación de la Escuela Cusqueña y Escuela Limeña. Se adopta la pintura al óleo sobre lienzo, la talla en madera policromada y las técnicas decorativas con pan de oro en marcos y retablos entre las más significativas.
Con esta breve introducción quiero mostrar el trabajo de artistas contemporáneos peruanos, quienes han basado sus proyectos artísticos en el contexto del arte virreinal como fuente de inspiración en la temática iconográfica, en las formas barrocas de la pintura y otros recuperando la técnica de la pintura al óleo, con la diversidad de sus técnicas mixtas, me refiero a la técnica del dorado a la hoja o lámina.
El primero de ellos es Carlos Bardales, artista limeño egresado de la Escuela Nacional de Lima. Un gran investigador y estudioso de las culturas andinas, el arte prehispánico y la iconografía virreinal. Todo este conocimiento y este afán hace de la obra de Bardales una especie de sincretismo presente, cuando hace referencia entre lo prehispánico y lo colonial o colonial y lo contemporáneo. Su obra se va a ver reflejada en una especie de instrumentos o elementos traídos y reinterpretados en tiempos contemporáneos, muy ligados a la parte de la historia y sobre todo recuperando la técnica de pintura al óleo del virreinato, utilizando los insumos y procedimientos, sin duda con una propuesta contemporánea.
La obra de Bardales tiene características peculiares, toma como referencia las imágenes preferentemente de ángeles, niños y vírgenes, es un artista que valora la técnica, todavía se detiene en la elaboración y preparación de sus lienzos, en conseguir los materiales e instrumentos adecuados e idóneos para la aplicación del dorado, exigente en el buen nivel de dorado que se desea obtener, en mi experiencia como restauradora, pude dar cuenta de lo perfeccionista y minucioso que es en cuanto al logro de la técnica misma.


En su obra Mikael,Thoth, Tehuti, haciendo referencia a San Miguel podemos apreciar el manejo técnico con tratamientos a las carnaciones-carnaduras con veladuras de color, relamidas y bien elaboradas como se ejecutaban las pinturas del virreinato, las texturas y relieves producto de los empastes como una señal contemporánea. Dentro del contenido iconográfico observamos algunos nuevos conceptos visuales como una lanza ya no es una lanza, sino es un elemento andino, que va a fluir en toda su obra, con relieves cargados de simbolismo y como un aporte personal encontramos, el uso del dorado como elemento imprescindible.
podemos ver una interpretación iconográfica de la virgen cubriendo con su manto protector a las órdenes religiosas, en su obra titulada Umbral. Raíz del cielo y de la tierra, observamos a la virgen en la misma posición, su manto decorado con tocapus (signos geométricos o figurativos en forma de serie de los Inkas), incorpora elementos en relieves dorados o plateados. Otras de sus obras pictóricas Armaduras de Luz, El embrión de Oro, y series de Arcángeles.
Alfredo Márquez Espinoza, comunicador visual, egresado de la facultad de Arquitectura de la Universidad Ricardo Palma. Entre las cosas más importantes que menciona Márquez de su obra es que busca cuestionar permanentemente las verdades oficiales. Vivimos una guerra semiótica más que una guerra ideológica, la lucha es por una nueva semántica de las imágenes.
Definitivamente, la obra de Márquez, significa una presencia importante en la plástica peruana contemporánea. Él es un colaborador de colectivos como El Bestiario y Colectivo NN - Perú - La Carpeta Negra, trabajo donde fue más conocido y donde se creó una suerte de paso obligado a la mirada del arte contemporáneo peruano. En su retrospectiva Katatay y otros actos de colaboración (1983-120189 Marquez señala “Con esta exposición quiero dejar en claro que muchos de mis referentes son literarios. ‘Katatay’ obviamente alude al poema de Arguedas, y es que siempre en mi obra la imagen dialoga con un texto” se pudo ver el trabajo de 35 años de ardua producción artística, su trabajo individual y sobre todo su participación el trabajo colectivo.
Dentro del barroco peruano contemporáneo se toma la referencia de la iconografía con temática religiosa con un punto de vista diferente. No sabríamos precisar si es una utilización de la imagen, una apropiación, una intervención o una reinterpretación. De cualquier modo, la obra de Márquez va a generar una lectura diferente, una lectura iconográfica muy distinta a su fuente iconográfica original, son artefactos de memoria donde recurre a diversas técnicas como la pintura, la fotografía, la serigrafía.
La fuente iconográfica de la “Trinidad Entronizada como tres figuras iguales” sustentada en el dogma de la Santísima Trinidad, de por sí ya tiene una compleja interpretación o lectura, esta compleja representación de tres personas iguales, es tomada por Márquez y el colectivo, con nuevos elementos compositivos sobre puestos, como interviniendo la imagen de fondo, en poco y nada o quizá mucho, va a tener que ver con su concepto inicial. Por otro lado, esta obra va romper toda la parte material concebida en la época del virreinato porque ya no estamos hablando de óleo sobre lienzo, telas preparadas o las técnicas del dorado. Estamos hablando de técnicas contemporáneas haciendo uso de diferentes recursos artísticos, dando lugar a la obra Caja Negra, en colaboración con el colectivo, ícono de arte contemporáneo en Perú. Es el primero de una serie, la obra ilustra el apocalipsis peruano, un evento en el que se adoctrinó personas con ideales extremistas y del cual tenemos que adoctrinarnos nosotros. Este evento es la caja negra del Perú, como sostiene Márquez: Tras el desastre, lo único que nos queda para saber qué pasó, es poder interpretar lo que la caja negra nos tiene por decir.
Esta es una saturación de información. Hay una serie de elementos de diferentes contextos, pero que arman una sola historia. No es como en el arte virreinal, donde la iconografía nos decía una sola cosa, tenía una sola lectura. En estas propuestas de arte contemporáneo, tenemos que escuchar la intención del artífice de la obra, tenemos que conocer el concepto que le dan a la obra, pero a la vez podemos tener múltiples miradas al respecto. Si nos enfocamos en algunos detalles de La Caja Negra, es un poco complejo describir el contenido de esta obra. Tan complejo y tan importante para la plástica del Perú, tenemos las publicaciones de investigadores de arte como, Majluf, Makowsky y Stastny en el 2001, o el texto principal de Ramón Mujica, publicados en el 2013, que se presentó en la exhibición pública por primera vez de La Caja Negra. Textos que considero importantes revisar.
La obra Puchao Rescue Room, cuya fuente iconográfica es la versión virreinal del Niño Jesús Inca del siglo XVII, al vestir al niño como un Inca Rey con mascaypacha como tocado en la cabeza con tocapus y signos solares como símbolos de la realeza inca, que caracterizan por ser ya un híbrido. En la obra de Márquez, vemos una intervención de esta iconografía con elementos que ayudan la representación que alude al título dando idea de la luminosidad, del sol y del oro de los incas, los diferentes elementos gráficos están dentro de contextos como las torres de alta tensión derribadas por acción terrorista, o las dos hileras de aviones que hacen referencia a las torres gemelas derribadas, los estigmas y los chorros de sangre entre otras representaciones, esta obra no permite una lectura fácil o descubrir un significado, por el contrario es ambigua, polivalente, se caracteriza por ser híbrida transcultural mestizo , como se resume en trabajo de tesis “Estrategias neobarrocas en la obra de Alfredo Márquez (1998-2005)” El objetivo final era crear un documento plástico que, en palabras del artista, interactuará con la realidad y no limitará su campo de acción a la experiencia estética, sino al del pensamiento y la acción política. Fueron iconografías trabajadas y propuestas por él que tenían mensajes ocultos para descifrar, reflexionar, entender, concadenar y armar, creando nuevos signos visuales, develando los antagonismos sociales, desnudando y extremando las relaciones entre el pasado y el presente.
Ángel Valdez, colaborador de los colectivos, trabaja junto a Márquez, tiene una propuesta personal que se titula Tres al cubo: Trinidades apócrifas. Esta exposición está concebida como una propuesta pictórica que experimenta cambios, intentando convertir la propuesta original con intervención política y teológica personal. La propuesta basada en la trinidad de tres personas iguales, ha generado dos propuestas: la primera titula Lo impuro y lo contaminado, hace referencia a una información para detenerse y tratar de entender y descifrar el mensaje, incluye imágenes de los murales de Tadeo Escalante, habla sobre las postrimerías o el juicio final con elementos múltiples. la segunda es Apocalipsis y Fiesta, Valdez recrea los personajes de la Santísima Trinidad, se les atribuye unos tocados en la cabeza de orden chamánico. En esta obra La Amazonía peruana está representada de manera sugerente como una gran farmacopea enfrentada al zodiaco patógeno de 12 virus y microbios que van desde la plaga medieval hasta el SIDA contemporáneo. En este tipo de trabajos, llegan al punto de colapsar la distancia implícita en las denominaciones de artesano y artista, reemplazado a ambos por el término de artífice. Muchas veces Valdez firma sus obras como artífice, porque no se cree autor de nada porque está recreando muchos elementos ya existentes.
Otro proyecto importante de Valdez, es Letanía Apariciones Marianas, haciendo uso de la iconografía mariana del virreinato, crea sus propias imágenes marianas en un tiempo contemporáneo, este proyecto consta de una serie de vírgenes como: Nuestra Señora de las obras, que vemos es una Candelaria de fondo que va a tener todos los elementos del auge de la construcción de esta época, Nuestra Señora de la Demolición, tiene un mensaje un poco más explícito, porque vemos la presencia de un inka y a los costados como los donantes, vamos a ver la iglesia y la corona, quizá haciendo una referencia al proceso de la conquista, aunque estas son apreciaciones mías, porque la verdad es que el espectador tiene la entera libertad de poder leer e interpretar las imágenes, sin la necesidad de dirigir u orientar su mirada. Otras obras como la Señora de los andamios teniendo como imagen de fondo la Virgen de Cocharcas, Nuestra Señora de los Escombros como fondo la imagen de la Virgen del Rosario, como la Santísima Madre de las Manufacturas teniendo como fondo a María Dolorosa, completan el proyecto de Letanías y las diferentes anotaciones marianas en tiempos contemporáneos.
Finalmente tenemos la obra de Ana de Orbegoso, fotógrafa, pintora, escultora que trabaja en sus proyectos artísticos con otros medios como el vídeo y las instalaciones. Su propósito es el de confrontar al espectador y generar memoria, reconocimiento y análisis. Su práctica artística explora los diferentes aspectos de la identidad individual y social, a través del uso de iconografía en situaciones prefabricadas con gran sentido popular.
Su proyecto llamado Vírgenes urbanas, también conocido como Vírgenes Peruanas, inspirado en pinturas coloniales de corte religioso de la famosa escuela cusqueña, tomados como objetos históricos. La artista señala que “hice una revisión de la historia y decidí cambiar y reinventar la información de los cuadros, introduciendo a mujeres de hoy, a manera de descolonizar la historia que contenía”.
Este proyecto consta de 12 fotografías intervenidas de pinturas de vírgenes coloniales, hace una referencia a todo el relato iconológico e iconográficos. Vemos vírgenes en las que el rostro ha sido sustituido, a manera de collage, con retratos de mujeres jóvenes actuales con sus niños, ataviadas con los hermosos bordados de la indumentaria de las diferentes regiones y representando escenas festivas del Perú. Este proyecto cuenta con la colaboración de Odi González, un poeta cusqueño, que ayuda a darle una la nueva descripción iconográfica con poemas en quechua, inglés y español.
Si comparamos las imágenes de La Virgen del Carmen, con la referencia iconográfica de las pinturas del virreinato, vemos una propuesta donde se sustituyen las ánimas del purgatorio, por una fiesta nocturna con fogatas. Vemos estos elementos con Vírgenes como la Santa Rosa de Lima, la Virgen de Belén, Virgen de la Silla que pasa a ser la Virgen del Sur con escenas del altiplano peruano, la Inmaculada convertida en la Virgen de las Aguas, o la Virgen de la Merced, que protege a los niños y finalmente la Virgen del Cerro convertida en La Pachamama, por citar algunas.

De Orbegoso llevó esta muestra a Estados Unidos y estos relatos ayudan a entrelazar, entremezclar y dejar ver la inicial iconografía de la imagen en la que sustenta su trabajo. Un fragmento del poema Nuestra Señora de Cocharcas dice:
Ciñen mis caderas mi cintura
las ocho vueltas de mi pollera. Región:
Yunga-Altiplano
Bordados por los tocuyeros de Lucre,
mi fondo, mi centro de castilla,
honran mi vestuario.
Mi cabellera
son las trenzas de una muchacha
de Langui-Layo
La población que se ve al fondo puede ser Pisac
del mirador de Taray,
el Callejón de Huaylas
de la Cuesta de las Ánimas
Camino Inca
En esta colina
desistió
la cuadrilla de cargadores de la Virgen
Llévenme a la capilla del Hospital de Naturales, dije,
llévenme allá,
y aquí me dejaron
para siempre
como al enorme bloque: La Piedra Cansada
Los lunes
-feria del ganado-
me visitan los minoristas
Este proyecto terminó con una exposición itinerante, recorrió ciudades con la participación de jóvenes que portando carteles de las vírgenes pudieron recorrer las calles, parques y lugares importantes en las diferentes ciudades del Perú y hacer la incursión de estas vírgenes tan actuales y tan de ahora, rompiendo con la idea de las vírgenes dentro de las iglesias.
Como conclusión, entendemos que, en el siglo XX, los artistas continúan nutriéndose de esta parte de la historia artística como fue el arte del virreinato, las representaciones del arte barroco difundidas en todos los pueblos y que estarán cargados de diferentes concepto e interpretaciones, por lo que no tendremos una sola lectura de la obra.
Existen nuevas formas y elementos estéticos, nuevas propuestas en la parte material, algunos artistas han mantenido y sobrevivido a las técnicas tradicionales, pero, sobre todo, hoy los artistas están utilizando todos los recursos que puede ofrecer la tecnología para podernos ofrecer estas formas de proyectos contemporáneos en el arte.
Intentar entender estas propuestas, significaría un análisis más especializado importante escuchar el discurso de sus autores o artífices, por ahora solo deseo evidenciar una forma de hacer arte recurriendo a la referencia histórica, estética y material de una época tan importante del arte.



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